NUESTROS MUERTOS
Nuestros muertos no envejecen.
Se quedan en los tuétanos del recuerdo
con esa imagen sempiterna
con que, en el momento
menos esperado, vuelven sonriendo y sin cuerpo.
Te veo como siempre -pensamos-.
Ellos nos miran y guardan silencio.
Nuestros muertos han aprendido
a ser discretos para mimarnos.
Nosotros, instintivamente,
nos llevamos las manos al pelo y sabemos
que los años nos castigan como los quebrantos.
Los muertos no envejecen,
la vida no sigue consumiendo
su añorada ausencia,
su amado cuerpo.
© Mariano Crespo
(Del poemario "BAILANDO CON CHARLIE PARKER y otros secretos voluntarios") 2012
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